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Cuba y Venezuela - Informe





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LA VISITA PRESIDENCIAL A CUBA Y VENEZUELA – ENERO 2009
Diputado Nacional Jorge “Pampa” Alvaro

“POR FIN NUESTROS PUEBLOS TIENEN GOBIERNOS QUE SE LES PARECEN” Cristina Fernandez de Kirchner


Con este concepto revelador de su pensamiento acerca del momento histórico que están atravesando la mayoría de los pueblos de América Latina, nuestra presidenta se presentó ante las máximas autoridades del Estado Cubano y de la República Bolivariana de Venezuela.



Siempre es auspicioso profundizar las relaciones de intercambio comercial y tecnológico con otros países y en esta ocasión también lo fue, en tanto la comitiva oficial fue acompañada por una numerosa delegación de empresas nacionales (la mayoría de ellas pequeñas y medianas) que cerraron acuerdos de negocios nuevos y profundizaron algunos ya existentes. Con Cuba se abrió un camino y con Venezuela se profundizó una relación en la cual nuestro país aporta fundamentalmente toda su capacidad y desarrollo en la industria agroalimentaria.

Pero relatar esta breve gira sólo desde estos aspectos económicos sería reducirla a la corta visión del almacenero, el contenido político de la misma es lo sustancial por su trascendencia y significación.

América Latina está atravesando un momento histórico inédito por el grado de afinidad existente entre los procesos políticos de las naciones de la región. Con matices, también con excepciones, la frase de Cristina Fernandez de Kirchner intenta sintetizar esta realidad en una situación internacional signada por la profunda crisis económico/financiera de los países desarrollados y la asunción como presidente de EEUU de un hombre de origen afroamericano.

Argentina se ha sumado con fuerza al desarrollo de crecientes relaciones de todo orden con los países de la Región. La correcta decisión en esta dirección tiene profundas raíces históricas y retoma el impulso integrador de los libertadores con renovados bríos. Ante un mundo que en poco menos de veinte años asistió al fin de la guerra fría y a esta crisis global actual que relativizará las hegemonías absolutas de pocos países desarrollados, América Latina tiene una nueva y formidable oportunidad de actuar como potencia regional unificada haciendo valer su potencial humano; económico y cultural.

Hay que trabajar y mucho para ir concretando los pasos necesarios para hacer realidad estas afirmaciones. Se ha recorrido un fructífero camino desde la cumbre de Mar del Plata en el año 2004 y recientemente se concretó la integración plena de Cuba al grupo de Río rompiendo el aislamiento diplomático de esta nación hermana.

La delegación institucional argentina estuvo integrada por funcionarios de primer nivel. Además de la presidenta la integraron el Lic. Jorge Taiana en su calidad de Ministro de Relaciones Exteriores; la Ministra de Salud Dra. Graciela Ocaña; el Ministro de Planeamiento y Obras Públicas Arq. Julio De Vido; el Ministro de Ciencia y Tecnología, Dr. Lino Barañao; el Secretario de Agricultura, Ing. Carlos Cheppi, el gobernador de la provincia de Misiones, Maurice Cross; la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica; el presidente del bloque de senadores nacionales del Frente para la Victoria, Miguel Angel Pichetto; los senadores nacionales Pedro Guastavino; Daniel Filmus y Blanca Osuna. Los diputados nacionales Ariel Basteiro; Edgardo Depetris; Rosana Bertone; Julia Perié; Jorge Obeid; Jorge Alvaro y el diputado de la ciudad autónoma de Buenos Aires Juan Cabandié.

La primera actividad desarrollada fue de índole privada el domingo 18 de enero y consistió en una invitación de la presidenta al resto de la delegación a un almuerzo en el “Café de Oriente”, ubicado en La Habana vieja.

Allí se prolongó una distendida conversación entre los comensales con la jefa de Estado tocando temas fundamentales que nos preocupan a todos los legisladores, como son la ley de protección de glaciares (el ejecutivo va a enviar al congreso nuevamente la iniciativa con algunas correcciones); la legislación minera (se coincidió en la necesidad de incorporar la exigencia que las materias primas con destino de exportación sean procesadas en el País); la necesaria reforma financiera que termine con la ley de la dictadura y el proyecto de ley de radiodifusión, acerca del cuál la presidenta afirmó que es intención del ejecutivo impulsarla no contra nadie, sino en procura de la democratización de la información pública, con la sola condición de contar con un amplio consenso social previo.

La agenda de eventos oficiales comenzó el lunes 19 con la visita de la delegación al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología. Allí pudimos conocer el nivel de desarrollo alcanzado por Cuba en la ingeniería genética aplicada a cultivos intensivos; en el uso de la energía nuclear con fines médicos y en la fabricación de drogas oncológicas; vacunas para prevenir enfermedades propias de zonas tropicales. En todos los casos hay una estrecha relación de complementariedad con las instituciones científicas oficiales de nuestro País.

Con la percepción directa del potencial alcanzado por el estado cubano en temas médicos y farmacológicos y conversaciones espontáneas mantenidas con ciudadanos, me queda una conclusión general útil para definir cuál es la verdadera situación social de ese país.

Es evidente que al quedarse sin el apoyo de la URSS en 1992 debieron optar por sostener prioridades y postergar áreas importantes. La salud y la educación fueron claramente las opciones a mantener a cualquier costo y hoy toda la población tiene esos derechos plenamente asegurados con un nivel de excelencia envidiable.

Hay carencias y no son menores (hay pleno empleo pero los sueldos son muy bajos, un trabajador gana promedio el equivalente a 20 dólares mensuales; la vicepresidenta de la Asamblea Nacional gana 500 dólares por mes. Sin duda son factores determinantes de baja productividad de la economía en general por falta de presión del consumo).

Ese mismo día aún por la mañana nos trasladamos al Memorial “José Martí” situado en la plaza de la Revolución (sitio habitual de las grandes concentraciones masivas). Nuestra presidenta depositó una ofrenda floral ante el monumento al héroe de la independencia cubana.

Por la tarde del lunes 19 nos recibió en el Palacio de la Revolución el presidente de la República de Cuba, general Raúl Castro Ruz. Allí los legisladores mantuvimos una reunión de trabajo con nuestros pares cubanos encabezados por Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional.

Los temas giraron en torno a la asunción de Obama en EEUU (no esperan grandes cambios en su relación con ese país, sólo algún relajamiento en las facilidades para transferencias de dinero y visitas entre los cubanos residentes en EEUU y sus parientes en la isla. Luego la conversación entre Fidel y Cristina mostró que el líder tiene más expectativas. Para ellos el bloqueo no se va a modificar, por lo que la cuestión principal es la de los “cinco héroes”, cubanos presos en cárceles norteamericanas acusados de espionaje y condenados a penas muy largas).

Nos contaron los trazos gruesos de la macroeconomía (al bajar el precio del níquel por la crisis mundial, el principal ingreso nacional pasó a ser el turismo, con 2.300.000 personas en el 2008. Nótese la ausencia del azúcar en estas referencias).

Esa noche el presidente de Cuba ofreció una cena en honor de la presidenta de la Nación.

Al final, cuando Raúl despidió a Cristina a las puertas del salón “Cubanacan”, varios de los miembros de la comitiva mantuvimos con el comandante una amena conversación informal que se extendió por más de una hora y media. Pudimos apreciar que este hombre no es una mera sombra de su hermano. Jovial, a pesar de sus 77 años, gran conversador como son todos ellos, nos contó como le hacía la comida a Fidel cuando estuvieron presos luego del asalto al cuartel Moncada en 1953; se explayó acerca de la relación con Rusia en términos críticos por lo sucedido a la caída de la URSS, pero él opina que sin el apoyo de ellos al principio de la Revolución no se hubieran podido sostener.

Sobre Obama dijo más o menos lo mismo que Alarcón el día anterior, agregando que hacía poco los había visitado el presidente de Jamaica (es amigo de Obama) y él le transmitió al norteamericano que no tiene problema ni apuro en sentarse a conversar, con la sola condición que no aceptarán imposiciones.

Luego de contarnos con detalles (un hecho que yo ignoraba) la ofensiva de las fuerzas expedicionarias cubanas en Angola (1975) comandadas por él (clandestinamente, pues ya era el comandante de las FAR cubanas), nos dejó una conclusión con estas palabras: “Nosotros hemos aprendido a convivir; a ser tolerantes y fundamentalmente a ser pacientes”.

El martes 20 algunos legisladores fuimos a visitar el Centro de Estudios “CHE GUEVARA” ubicado enfrente de lo que era la casa particular del Che, donde fuimos recibidos por su última esposa, Aleida March y su hijo menor. Mantuvimos una amena conversación en la cuál nos enteramos que Cuba no posee el diario original del Che en Bolivia pues el ejército boliviano lo mantiene en su poder y ni siquiera a Evo Morales se lo han entregado.

La presidenta ofreció un almuerzo en el hotel Nacional de La Habana a los empresarios argentinos participantes en el “Seminario Económico sobre oportunidades de Comercio, Inversiones y Negocios entre la Argentina y Cuba”.

Ante la presencia de más de cincuenta representantes de empresas argentinas y una nutrida contraparte de funcionarios cubanos, CFK celebró la amplitud de los acuerdos alcanzados y resaltó la absoluta complementariedad de ambas economías.

Luego se desarrolló la visita a la Universidad de La Habana, donde CFK dijo un sustancial discurso definiendo el momento histórico por el que está atravesando el mundo, signado por los veloces cambios y los nuevos equilibrios. Comenzó diciendo “hace apenas diez años era diputado nacional en mi país y ni me imaginaba que hoy sería presidenta. Mucho menos suponía que un hombre de origen afroamericano asumiría como presidente de los EEUU (la versión completa de este discurso está ampliamente difundida en Internet).

Más tarde mantuvimos un encuentro de legisladores encabezado por nuestra presidenta y Ricardo Alarcón. Se quedó en abrir en La Habana una casa – biblioteca – centro de estudios en honor al Libertador José de San Martín. A mi propuesta la fecha tentativa de inauguración deberá coincidir con el bicentenario de la Revolución de Mayo. También colocaremos en una plaza de La Habana un busto de Eva Perón..

El último día en Cuba se inició con la visita a la Escuela Latinoamericana de Medicina. Es una institución de nivel universitario donde estudiantes de todas las naciones de Latinoamérica de origen humilde son becados por el gobierno cubano y en un lapso de seis años se reciben de médicos. Actualmente hay alojados estudiando allí 116 jóvenes argentinos provenientes de sectores marginales de casi todas las provincias argentinas (2 son mendocinos). Su selección aquí se hace en colaboración con las organizaciones sociales.

Ahí también Raúl rompió el protocolo subido al estribo de su auto dialogó con los estudiantes argentinos (que lo adoran), contando anécdotas vividas junto con el Che para regocijo de los chicos y chicas que lo escuchaban atentamente.

En esos momentos notamos que a Cristina le cambiaron el auto subiéndola a uno que no tenía las banderitas de ambos países. Luego comprobamos que era para ir a la clínica a entrevistarse con Fidel.

Nos reencontramos con ella en la recepción a los residentes argentinos realizada en la casa de la embajadora (Juliana Marino), donde entre otros estaba el Dr. Alberto Granados (compañero del Che en su viaje juvenil por América Latina).

Llegó una Cristina exultante, emocionada por el encuentro con Fidel. Nos contó lo que luego escribió el comandante y tuvo rápida difusión, pero surgió rápidamente la principal conclusión política de este suceso: cuando se anunció el viaje de la presidenta argentina las agencias de noticias norteamericanas sostenían que Fidel estaba por lo menos en coma basados en que hacía más de un mes que no escribía sus notas en “Granma”, que no había recibido a los presidentes de Ecuador y Jamaica, recientes visitantes de Cuba, etc. El hecho que haya sido justamente nuestra presidenta la elegida para romper estas intrigas habla del valor que tiene para ellos la relación con Argentina.

Hasta aquí he tratado de relatar la serie de actividades en que participamos para que se pueda apreciar la perspectiva política de esta visita.

Gestada al calor de avanzar en serio hacia la integración de TODA Latinoamérica, sin la corta visión de reducir la relación a los aspectos comerciales (que existen y serán crecientes, entre otras cosas hay que resolver la deuda que tiene Cuba con Argentina desde los acuerdos impulsados por Perón y Gelbard en 1974, alrededor de 2500 millones de dólares si se computan los intereses), sin transformar este evento en una barricada antinorteamericana (como lo quiso interpretar capciosamente un editorial del diario La Nación o la estúpida demonización hecha por Cobos diciendo que “no debíamos mantener relaciones carnales con nadie”).

Naturalmente que esto no agota el proceso integrador, pero desde la histórica cumbre de Mar del Plata en 2004, pasando por el ingreso de Cuba al grupo de Río hace pocos meses, esta visita y su contenido, el maduro mensaje conciliador hacia Obama que surge de las intervenciones de nuestra presidenta nos hace decir con orgullo que Argentina está ocupando el lugar en el concierto de las naciones que la mayoría de nuestro pueblo quiere.

VENEZUELA.

Si lo de Cuba tiene un profundo significado político, lo de Venezuela agrega la verificación de las amplias relaciones económicas y de transferencia tecnológica que mantenemos desde hace mucho tiempo.

La firma de 23 acuerdos de prolongación de otros existentes o de nuevos, relacionados con la agroindustria; transportes; energía; etc. es elocuente demostración de la importancia que tiene actualmente la relación bilateral con esta nación hermana.

Tampoco aquí escuché un tono de barricada antinorteamericano en las intervenciones de Cristina y el comandante Hugo Chavez (le sacó el tono formalista a la firma de los convenios preguntándole en cada caso al responsable venezolano por los plazos concretos de ejecución).

Por la noche del único día de visita (jueves 22 de enero) el presidente venezolano nos ofreció una cena en la Academia Militar en la cuál me tocó estar sentado en una mesa a solas con cuatro generales del ejército venezolano.

La conversación se centró en interrogantes míos acerca de la fidelidad de la oficialidad para con Chavez y las expectativas populares con este proceso.

Las respuestas de los interlocutores (socialmente provenientes de las capas pobres del país) fueron claras: el 75% de los habitantes de Venezuela son pobres; recién ahora les están llegando los beneficios de la Revolución Bolivariana, han eliminado el analfabetismo y fundamentalmente ese pueblo ha encontrado en Hugo Chavez el hombre que los expresa.

Los acusan de intolerantes; de querer sembrar el odio y la división en el país, pero ellos dicen que en realidad los combaten porque ahora ese 75% tiene presencia en la vida política y esto no va ser nunca aceptado por los ricos.

Chavez acaba de hacer una maniobra política demostrativa de su calidad: hace un par de meses anunció la propuesta de enmienda constitucional que permitirá la reelección indefinida. Produjo la inmediata reacción de sus adversarios (las clases altas; los universitarios; los partidos opositores…y los grandes medios de prensa), pero cuando mandó el texto al congreso no redujo la reelección al presidente, sino a todos los cargos elegidos popularmente, con lo cuál todos los opositores que ganaron elecciones el año pasado (como aquí en la mayoría de las grandes ciudades ganó la oposición) se desbloquearon de las críticas pues todos aspiran a quedarse. Hoy la más virulenta oposición se reduce a los estudiantes de la universidad de Caracas y el bombo que le da la cadena “Globovisión”.

Estas han sido mis impresiones personales no desprovistas de sentimiento acerca de tan importante y trascendente viaje presidencial.